domingo, 20 de mayo de 2012


Dietas y productos "milagro"


LA COMUNIDAD EDITA UN LIBRO QUE PREVIENE SOBRE LAS DIETAS Y PRODUCTOS “MÁGICOS” PARA ADELGAZAR

· Da a conocer a profesionales y público general las verdades y falacias de estos regímenes
· El 5% de la población madrileña realiza dietas y usa productos adelgazantes sin control médico
· El teléfono de la Comunidad sobre Nutrición y Trastornos Alimentarios ha atendido 4.000 llamadas


11,nov,09.-La Comunidad de Madrid ha editado el libro “Dietas y productos mágicos” en el que se informa, tanto a los profesionales como al conjunto de los ciudadanos, de las verdades y las falacias sobre este asunto que tiene importantes repercusiones sobre la salud. Se estima que el 5% de la población madrileña realiza dietas sin control médico.

La obra, que presentó esta mañana el consejero de Sanidad, Juan José Güemes, ha sido realizada conjuntamente por el Instituto de Nutrición y Trastornos Alimentarios de la Comunidad de Madrid (Inutcam) y la Fundación Española de la Nutrición (FEN) . 

Además del libro, se ha editado un CD para facilitar el acceso a todos los profesionales y una tirada de 5.000 folletos destinados a los ciudadanos.

El sobrepeso y la obesidad son uno de los problemas emergentes
de la salud pública, y un motivo de preocupación para los ciudadanos que lo padecen, tanto por sus consecuencias sobre la salud, como sobre la estética, las relaciones sociales, etcétera. Su abordaje debe basarse en la combinación de dieta y ejercicio físico adecuado a cada caso, y no en el recurso a dietas o productos “mágicos”, a los que se atribuyen propiedades que no tienen y pueden llegar a constituir un peligro para la salud.

Uno de cada cuatro jóvenes, a dieta
El libro alerta sobre el riesgo de enfermar si se siguen determinadas
dietas milagro. Según los datos epidemiológicos del INUTCAM el 41% de la población adulta padece sobrepeso y obesidad, mientras que entre la población juvenil el porcentaje es del 13,5%.

Por otro lado, el 17,2% de los madrileños se pone a dieta al menos
una vez al año. Esta cifra se incrementa en el caso de la población juvenil que alcanza el 26,6%, siendo las chicas las que más veces se ponen a régimen, 4,17 veces más. Además el 2,5% de los adolescentes utiliza diuréticos, laxantes o píldoras adelgazantes. Y por último, el 6,2% de los jóvenes no comen durante 24 horas para perder peso.

Para situar este tipo de dietas y productos en su lugar la obra
recoge, a lo largo de sus más de 100 páginas, el origen y características de las principales dietas de este tipo, aportando una lista de 84 dietas “mágicas” diferentes, clasificadas según su tipología.

Así, encontramos dietas hipocalóricas desequilibradas, con un bajo
contenido energético; dietas disociativas, que se basan en la teoría de que los alimentos no engordan por sí mismos sino al consumirse según determinadas combinaciones; dietas excluyentes, que eliminan algún nutriente; dietas psicológicas y de otros tipos, como las monodietas o las dietas líquidas.

En cada caso, después de analizar la dieta, se evidencian los
diferentes trastornos que las mismas producen y los efectos de una
reducción energética drástica en el organismo tales como trastornos metabólicos, alteraciones gastrointestinales, cardiocirculatorias, dermatológicas e incluso trastornos neuropsíquicos.

En cuanto a los productos y remedios supuestamente adelgazantes, el libro aborda el uso de productos “milagro”, el de lasplantas medicinales y de otros tipos. Finalmente se tratan también las dietas, productos y alimentos “panacea”, planteados como respuesta única a todos los desequilibrios nutricionales. 

Junto a la exposición crítica de todas estas dietas y productos, basados fundamentalmente en mitos y desconocimiento, el libro también aporta información sobre las bases nutricionales para un correcto adelgazamiento.

La publicación de esta obra y su difusión se enmarcan en las
iniciativas que el Instituto de Nutrición y Trastornos Alimentarios de la Comunidad de Madrid -INUTCAM- lleva a cabo para prevenir los desequilibrios y patologías relacionadas con la nutrición. El INUTCAM inició su funcionamiento con el objetivo de promover una alimentación saludable y equilibrada, realizar estudios epidemiológicos y prevenir la aparición de trastornos alimentarios. Entre sus proyectos destaca la valoración y homologación de los menús escolares y un servicio gratuito
de información telefónica sobre nutrición y trastornos alimentarios (900 60 50 40), que ha recibido en torno a 4.000 llamadas.


Tanto el libro como el CD y los folletos pueden solicitarse a
secretaria.inutcam@salud.madrid.org.



Aquí adjuntamos el link para acceder al PDF del libro:
http://www.fen.org.es/imgPublicaciones/181120093354.pdf

A continuación un vídeo

Un experto en nutrición habla sobre las dietas milagros:


El doctor Julio González, coordinador del grupo de obesidad y nutrición de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar (CAMFIC), alertó sobre la proliferación de las 'dietas milagro' tras los excesos de las fiestas navideñas, y recordó que para perder peso, lo indicado es "consultar con un especialista", en lugar de seguir unas pautas que "no funcionan" para lograr ese objetivo. 

http://www.dailymotion.com/video/xixy5q_un-experto-en-nutricion-alerta-sobre-las-dietas-milagro_news?from_fb_popup=1&error_reason=user_denied&error=access_denied&error_description=The+user+denied+your+request.#_=_



Test de Alcat



Consiste en la extracción de una muestra de sangre de la persona obesa, a la que se efectúan unos análisis de intolerancia o sensibilidad a un amplio grupo de alimentos. Estos análisis se hacen de forma totalmente privada a un precio que en España oscila en torno a los 600 euros. 


Según sus defensores, de esta forma se determinan las sustancias que provocan en el organismo una reacción de intolerancia, que definen como  una alergia escondida que se manifiesta lentamente, de forma que no se es consciente de ello, y que puede tener consecuencias tales como dolores de cabeza, articulares, congestión nasal, asma, y además de otras afecciones, obesidad provocada por alteraciones del metabolismo. 


De esta forma, se supone que eliminando de la dieta los alimentos que no son bien tolerados y no se metabolizan correctamente, se podrá elaborar una dieta personalizada que favorezca la pérdida de peso. 


Algunas de las objeciones que presenta la planificación de una dieta según esta prueba vienen por la ausencia de evidencia científica de la misma, ya que no existen estudios de investigación que demuestren su eficacia. Es decir, no se fundamenta en ningún conocimiento aceptado por la comunidad científica, ya que no existen referencias sobre ella. 


Otro problema viene dado por la exclusión de alimentos que puede llegar a producirse si se confecciona una dieta basada en el test de Alcat, de forma que pueden generarse desequilibrios en los nutrientes básicos. Además pueden producirse problemas de obsesión sobre determinados grupos de alimentos que se consideren “prohibidos” en algunas personas. 


Aunque la realización del análisis en sí no tiene por qué suponer ningún riesgo para la salud, este test juega en muchas ocasiones con la necesidad acuciante de adelgazar que tienen muchas personas tras haberlo intentado de otras formas. Si bien el test puede 
tener cierta utilidad para conocer dichas intolerancias, no se considera en absoluto un método para adelgazar, y no debería utilizarse con ese fin. 


La pérdida de peso no depende únicamente de la restricción de alimentos basada en factores concretos, sino que responde a una conducta global determinada por la alimentación, el ejercicio físico y los estilos de vida saludables. 


Link: http://www.aesan.msc.es/AESAN/docs/docs/destacados/test_alcat.pdf


Dieta de la luna


La dieta de la luna se basa en la teoría según la cual las diferentes fases de la luna afectan al “ritmo corporal interno” siguiendo la misma pauta que los mares y los océanos. Según sus defensores, uno de los factores que más influye en la pérdida de peso es la capacidad de nuestro organismo de absorber agua y esto está ligado a la fuerza de atracción que ejerce la luna sobre los líquidos, y en mayor medida cuando la luna cambia de fase. 


Es decir, que los líquidos del cuerpo tienden a seguir los ritmos de las mareas, y que son provocadas por la influencia de la luna. Además, supuestamente la importancia de esta dieta es que los kilos reducidos no se vuelven a recuperar por la influencia de la fuerza gravitacional que ejerce la luna sobre los líquidos del cuerpo humano. 


Consiste en la práctica de ayuno total durante uno o tres días completos, en función de la modalidad, pero este ayuno ha de coincidir exactamente con el cambio de fase lunar. 


Durante ese período no debe ingerirse ningún alimento, a excepción de líquidos sin azúcar. 
Se supone que tras realizar el ayuno se llega a una pérdida de peso de hasta 3 Kg que luego no se recuperan. 


Aunque se han propugnado con desigual resultado algunas asociaciones del cambio de fase lunar con diversos cambios fisiológicos, la presunta pérdida de peso corporal según la fase de la luna no responde a ninguna base científica. El ayuno total puede originar una pérdida de peso a corto plazo que no se mantiene si  no se toman medidas encaminadas a los estilos de vida saludables. 


La práctica del ayuno completo, aunque sea durante pocos días, no es un método aceptable para adelgazar, pues puede originar desequilibrios metabólicos que pueden llegar a ser peligrosos, especialmente en personas con alguna enfermedad de base. 


La pérdida de peso debe abordarse a través de una dieta equilibrada en sus nutrientes y en la distribución de los mismos a lo largo del día, además de la realización de una actividad física regular adaptada a las necesidades de cada persona. 






Link: http://www.aesan.msc.es/AESAN/docs/docs/destacados/dieta_luna.pdf



Dieta de Montignac


Michel Montignac cambió las dietas de toda la vida y rechazó el método tradicional de adelgazamiento hipocalórico. Con su sistema según señala, no se  pasa hambre, sino que solo se prescinde de ciertos alimentos que fomentan el aumento de peso.


La Dieta de Montignac se fundamenta en el índice glucémico de los alimentos que se consumen, más que en su  contenido calórico (energético), que no se considera clave. Es decir que la elección de los alimentos al establecer un régimen de adelgazamiento se condiciona por su contenido en glúcidos (azucares) ya que un exceso de estas sustancias impediría al  páncreas procesarlas  y, por tanto, nos provocaría un aumento de peso. 


Esta dieta clasifica los alimentos en “buenos y malos”. Los buenos serían los que provocan una liberación pobre  de glucosa en sangre, entre ellos se recomiendan: pan integral, las verduras, la fruta fresca, la soja, los cacahuetes, la mermelada sin azúcar, las legumbres, los lácteos, el zumo natural, los cereales integrales o los guisantes.) y los “malos”, que  provocan un fuerte aumento de glucosa, como  los dulces y la bollería, el pan blanco, las harinas y cereales refinados, las patatas, la miel, el maíz y la maltosa (presente  en la cerveza), y que son productos que deberíamos excluir de nuestro régimen si padecemos obesidad. 


Esta dieta puede ocasionar ciertos efectos secundarios como la excesiva rapidez en la pérdida de peso, deficiencia de minerales, vitaminas y fibra, aumento del ácido úrico y del colesterol, así como mal sabor de boca. Un desequilibrio entre el aporte excesivo de proteínas e insuficiente de hidratos de carbono puede ocasionar descalcificación ósea y daños renales por exceso de nitrógeno. 
También pueden causar fatiga y mareos por falta de hidratos de carbono, ya  que la glucosa, un sustrato deficiente en estas dietas, es la fuente de energía  preferida por el organismo.  El contenido proteico de esta dieta es superior al doble de lo recomendado (entre un 10-15% de la energía que aporta la dieta debe proceder de las proteínas), lo que  puede suponer, además de  una sobrecarga renal, una   ingestión insuficiente de otros nutrientes esenciales, y se pueden  aumentar los niveles de ácido úrico y pueden provocar ataques de gota en personas con hiperuricemia (niveles de ácido úrico alto). 


Información elaborada por un grupo de trabajo del Comité Científico de AESAN integrado por la Organización Médica Colegial (OMC), el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD).


Link: http://www.aesan.msc.es/AESAN/docs/docs/destacados/dieta_montignac.pdf

Dieta del grupo sanguíneo


Fue creada por el médico americano Peter D’Adamo, que defiende la existencia de una alimentación para cada tipo de sangre (A, B, AB y O), sin considerar el factor Rh negativo o positivo. Según esto, cada grupo está más predispuesto a ciertas enfermedades más que los otros, pudiendo compensarse estas tendencias con la alimentación y tratamientos antiestrés adecuados a cada grupo sanguíneo. 

La dieta muestra los alimentos que reducen o aumentan el peso, de acuerdo con una evaluación histórica de cada tipo sanguíneo. Por ejemplo, el sistema digestivo de los individuos del grupo O está adaptado a una dieta rica en proteínas animales y a los vegetales (frutos del mar, espinacas, etc); legumbres, verduras y cereales serían indicados para aquellos del grupo A, y las  carnes para el grupo B; el grupo AB sería una mezcla de los A y B, especialmente con los lácteos. 

No es una dieta equilibrada. No existe una relación científicamente comprobada entre el tipo de sangre y la utilización de  tejido graso. La prohibición de alimentos hace con que la dieta esté asociada con  sensaciones de hambre y sufrimiento, e induce a la pérdida de masa libre de grasa, en vez de masa grasa. 


Hay personas que pueden llegar a obsesionarse respecto a que si un alimento es de su grupo o no y no querer comer absolutamente nada si no es de su grupo por miedo a desarrollar inmediatamente las enfermedades de las que avisa el creador de la dieta. Además, las personas del grupo  O que son vegetarianas pueden sentirse ofendidas al pensar que esta teoría les quiere obligar a volver a comer carne. 


La dieta equilibrada requiere una ingesta de todos los principios inmediatos en su adecuada proporción, en función de la actividad física desarrollada y del balance energético de cada individuo, sin tener en  cuenta otros factores ajenos como el grupo sanguíneo. La dieta debe estar compuesta de forma equilibrada por proteínas, hidratos de carbono, lípidos, vitaminas, minerales y otros elementos para que no se ocasionen trastornos derivados por carencias ni excesos. 


Información elaborada por un grupo de trabajo del Comité Científico de AESAN integrado por la Organización Médica Colegial (OMC), el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD).


Link: http://www.aesan.msc.es/AESAN/docs/docs/destacados/dieta_grupo_sanguineo.pdf